¿Te ha pasado que estás en medio de un desierto? Sí, un desierto donde no hay agua, donde no brotan ríos, donde hay escasez, y sientes que no hay nadie que te pueda ayudar a salir de ahí…
En muchas ocasiones me he tenido que enfrentar a situaciones difíciles, donde me siento sola, donde siento que no hay esperanza, y se pudiera decir que he caído en una “Crisis existencial”, hace unos días me sucedió un problema donde no tenía dinero para pagar la colegiatura de mi carrera, pues en mí trabajo hubo un cambio muy drástico donde hubo diferencia en lo económico y en cuanto a los días en que me daban mi sueldo… Y estaba desesperada, pues no tenía a nadie a quien pedirle ese dinero, necesitaba 3,000 pesos para antes de dos días, porque se acercaba la semana de exámenes y si no daba el pago entonces no podía presentar, y mamá no tiene un trabajo donde pueda ayudarme a sustentar mi carrera, siempre me ha ayudado en lo que ha podido y papá… digamos que no está muy al pendiente de mí como quisiera… y entre en desespero, me sentía frustrada, y me desanimé por completo… pero al día siguiente de vivir esta situación, me di cuenta que Dios siempre ha estado aquí, él me ha dado un trabajo, donde tengo dos días de descanso, me da la oportunidad de estudiar, me ha dado el privilegio de poder servirle en la Iglesia donde actualmente tengo 10 años de congregarme, ¡Y me ha dado una hermosa familia ahí!.
Y pude reflexionar y pensar: “¡Vaya!, Supongo que es normal sentirme en desespero por un momento, pero Vamos, no puedo quedarme así, triste, desmotivada, cuando tengo razones por las cuales dar gracias, y seguir adelante, por las cuales esforzarme y pensar en soluciones, dejando a un lado la angustia y preocupación”. Hay gente a mi alrededor que está mirando mi vida, y puedo elegir ser bendición y luz en medio de los problemas, o ser todo lo contrario contaminando a los demás con mi actitud no muy positiva.
Yo no sé si alguna vez te has sentido identificado/a con mi situación, quizá te has sentido solo, quizá no encuentras un trabajo, y hay problemas económicos en casa, o talvez son problemas familiares donde tus papás tienen discusiones muy a menudo y están a punto de divorciarse… Déjame decirte que cada una de estas situaciones yo ya las atravesé y vaya que sufrí bastante, pero también aprendí, ahí en cada desierto, encerrada en mi habitación a solas con Dios llorando y clamando queriendo saber la razón por la cual tenía que atravesar cada adversidad… fue ahí donde crecí espiritual y personalmente, maduré, y pude comprender que Dios nunca me ha abandonado… él siempre ha permanecido fiel y siempre ha tenido cuidado de mí desde que era una niña.
Quiero compartirte un mensaje, en el libro de Éxodo hay una historia, donde el Pueblo de Israel es probado, y por qué digo esto, porque ellos tuvieron que atravesar situaciones muy difíciles donde comenzaron a dudar de EL GRAN YO SOY, Dios les había dado una palabra donde les decía que los iba a sacar de la Tierra de Egipto para llevarlos a un lugar donde fluye leche y miel… y Dios les decía que pelearía por ellos cada batalla frente al Faraón, (quien no los dejaba salir de Egipto), en cada una de estas batallas, aparentemente había oposición, había duda, y Dios tuvo que permitir que el pueblo de Israel viviera cosas que no eran muy agradables a sus ojos pero Dios en TODO TIEMPO se mantuvo FIEL, y tuvo cuidado de sus vidas! Cuando el pueblo de Israel logra salir de Egipto después de todas las circunstancias difíciles a las que se tuvieron que enfrentar, sucede otra cosa, los egipcios los alcanzan en el camino decidido a atacarlos y en su desespero los Israelitas comienzan a cuestionar a Moisés: -¿Por qué nos sacaste de Egipto si igual íbamos a morir?, ¿Por qué nos trajiste al desierto?, hubiera sido mejor seguir siendo esclavos de los Egipcios, que morir en este desierto.- Pero Moisés les dijo: -¡No tengan miedo!, solo quédense quietos. Y observen como el SEÑOR los rescatará hoy. Esos Egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos. El SEÑOR mismo peleará por ustedes, solo quédense tranquilos…
Cada situación que los Israelitas tuvieron que atravesar fue para que Dios manifestara su gloria, y el Faraón y los Egipcios conocieran quien era DIOS, y Dios cumplió su promesa, los sacó de ahí, así como el pueblo tuvo que pasar por el desierto, para poder ver la gloria de Dios, así mismo nosotros somos probados, quizá hoy estás atravesando un problema, pero déjame decirte que no es el final, cada situación nos ayuda para bien, y nos ayuda a depender más y más de Dios.
No se turbe tu corazón ni tenga miedo… Confía!
Continuo con mi historia, el mismo día en que me sentí muy mal, no fui a mi trabajo, pero llegó un momento donde me quedé sola en casa y mi corazón sabía lo que tenía que hacer: ¡Orar!, en todo momento, nuestra primera opción tiene que ser la oración! No la preocupación, no los pensamientos negativos y de conformidad, sino nuestro clamor a aquel que puede transformar todo ambiente y toda atmosfera con su poder, entonces comencé a abrir mis labios y a clamar a Dios, y empecé a recordar algunos versículos y a declararlos, me di cuenta que a pesar de mi debilidad, me sentía fuerte, pues estaba creyendo sus promesas, creyendo lo que dice en su palabra, y pude entender esa palabra que dice, ¡Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad!” y entonces pude sentir su fortaleza! A las horas siguientes me preparé para ir a la universidad, y aún seguía pensando que iba a ser de mis estudios si aún no tenía el dinero, pero para mi sorpresa! Una compañera me escuchó hablando con un profesor, y me dijo que ella me podía prestar el dinero y se lo devolvía en cuanto me pagaran… y ahí pude ver la mano de Dios detrás de ella, sin duda Dios fue fiel y fue bueno, y escucha el clamor de sus hijos.
Fui corriendo a pagar y sentí un alivio enorme en mi ser.
Al día siguiente me sentí fortalecida, en paz, ya no pensaba de manera triste, o negativa, sino que pude levantarme y decir: “Bien Valeria, ¿ahora que vas a hacer?” y comencé a pensar, que podía hacer para tener dinero extra, y entonces compre dulces para venderlos en mi universidad, y para no hacerte más largo el cuento, todos mis compañeros me compraron los dulces, y gané buen dinero, el Domingo día de Iglesia, volví a comprar dulces y entre mis amigos los vendí, Dios me sorprendió a través de una Pastora y una amiga, quienes me bendijeron económicamente… ¡Yo no me lo esperaba! Y cuando vendí todos los dulces, dije wow!! La ganancia fue más de lo que esperaba Dios fue bueno!!
Deja que cada adversidad, y cada prueba, saquen lo mejor de ti!!
Ninguna situación difícil es con propósito de destruirte, quizá puedan lastimarte, quizá puedas perder cosas, quizá puedas llorar, gritar, patalear, pero creeme que cada circunstancia, obrará para tu bien, talvez hoy no puedas ver lo que está pasando, Dios puede estar trabajando en silencio!! Pero al pasar los meses, te darás cuenta que al final TODO aquello que en un momento dolió, Dios lo uso para tu bien y para glorificarse en tu vida!!
Así que… Quédate tranquilo! Deja que Dios muestre su poder a través de ti!
Con amor: Vale.